27/10/12

CAMINO DE SANTIAGO: SAHAGUN ESTÁ A 200KM (ESP)

Pies en el suelo, maillot, culotte ... perdón, es al revés, culotte, maillot. Dientes y cara limpias -aquí el orden de los factores no afecta a la higiene- y salgo a la calle. Todavía es oscuro. Cargo las alforjas... enciendo la luz trasera... conecto la delantera... clavo los pies en las calas... y consciente de lo que me espera... sintiéndome fuerte... motivado y con ganas de comerme el mundo y un montón de km... empiezo a pedalear…....................... hasta que a los 30 metros veo un bar y hago la primera parada del día. Si consigo mantener este ritmo, quizás llego a Santiago en 2025, pero un cafeolé y un cruasant tierno y delicioso me ayudarán a tirar un par de horas hasta que me den las 10 en un pueblo de 3 casas y un bar donde me paro a comerme un bocata de dos palmos. O más.

Llevo un buen ritmo. Hoy es domingo, 9 de septiembre y todavía hace calor, más de la que pensaba encontrar, pero evidentemente mucho menos que la que hacía el día que bajé, a mediados de agosto,
hasta Logroño. Siguiendo con mi filosofía de no preparar nada y dejarme sorprender por todo, van pasando los pueblos y quedan físicamente atrás en mi memoria aunque la esencia de su imagen compuesta de campanario, palomar, casas de barro y calles nada uniformes, la tengo clavada en el fondo de las retinas aún ahora, que empiezo a escribir esto, más de un mes después. Y no lo digo en broma, dejando aparte Burgos, (donde llego a la hora del Ángelus, las 12 del mediodía y esto, tal como aprendí cuando con 12 o 13 años hacía de aprendiz en verano, quiere decir parada obligatoria de cerveza y tapita) los pueblos pequeños que voy pasando van cambiando a medida que pasan los km como los mil rojos de una escala de colores, donde uno no es muy diferente del siguiente, ni el otro difiere mucho del anterior, pero van cambiando a medida que cambiamos de provincia y si se aprecia mucho del primero al último. Todos con su identidad. Todos castellanos. Con el ADN que esto les da.

Ahora ya hace mucho calor, cada vez más. Caen las 3 y el hambre impone y me paro en un pueblo que, en medio de una larga bajada me ofrece un "Menú peregrino" de macarrones con mucho tomate y un muslo de pollo enterrado en patatas fritas. La comida no habría tenido más historia si no hubiera tenido al lado un grupo, por decirlo de alguna manera suave, un tanto peculiar (y que nadie me malinterprete ni me juzgue hasta el final de la explicación). En la mesa contigua había un grupo de unos 10 peregrinos de los que van a pie, mochila a cuestas, tranquilos y que al mediodía ya dan el día por terminado. Hasta aquí bien. Puntualizo para situarnos que todos eran hombres, valencianos, y no eran ni muy viejos ni muy jóvenes, de una horquilla de edad entre los 35 y los 45. Resulta que además eran peregrinos convencidos, viendo lo que decían: que si tenemos que ver a qué hora hacen misa en este pueblo, que si ahora uno recitaba un versículo o fascículo o como se llame y los otros respondían algo parecido a "Él es mi pastor" (sí, increíble pero cierto). Quedaba claro que eran muy creyentes, creían en hacer el camino como un pago religioso, e incluso me atrevería a decir que eran profesionales del tema, vaya, que eran curas, y como el suyo es un mundo tremendamente jerárquico, uno de ellos debía tener galones, ya que por muchas tonterías que dijera los demás le reían las gracias. O tenía un cargo superior, o los otros eran (tan) gilipollas como él. Yo, aunque no comparto para nada su punto de vista, soy inmensamente tolerante con ellos como tales. Respeto la extraña manera de vivir que han elegido siempre y cuando respeten ellos la vida de los demás. Y los respetaba hasta que la conversación fue pasando de sus ruegos a unos temas más llanos y empezaron a juzgar a la gente por motivos poco "juzgables":

-Bah,no soporto a Iniesta- dijo de pronto el capitoste

-Ya sabemos todos de tu madridismo- le responde uno

-No,no se eso... (que también! Y yo añadiría "y tú antibarcelonismo")- lo digo porque se casó por lo civil.

Yo levanté una ceja al estilo Sobera y no pude evitar mirarlos, con el tenedor a medio camino entre el plato y mi boca y con cara de no creerme lo que estaba escuchando.

-Si,de la mísma manera que no puedo con Casillas, no está bautizado?

Upsss! de lo que se entera uno! Esto es gravísimo! Casillas, forrado como está y con una mujer cañon como tiene, no irá al cielo!

-Y claro, tampoco se pudo casar por la iglesia! - Añadió por si no fuera suficiente pecado lo primero.

A la hoguera!!! Capullos. (Esto lo he dicho yo, y me refería a los de la mesa de al lado, of course)

Eso si, enamorados de los sudamericanos, ya que éstos, por religiosos que no quede!

Pero nada, mejor ignorarlos y después del café y con la modorra de después de comer, en lugar de hacer una buena siesta, bici y continuamos para bingo!
 


El calor es realmente fuerte y me obliga a parar a menudo a rellenar los bidones de agua al mismo tiempo que de vez en tanto hago bajar una coca cola. Recuerdo todas estas horas como un ligero suplicio que poco a poco se fue apaciguando cuando con las horas el sol fue perdiendo fuerza, al tiempo que yo la recuperaba, empujado por la motivación que me dio saber que Sahagun no quedaba suficientemente lejos como para no poder llegar. Allí, bueno, en Joarilla de las Matas a unos 18 km, tenemos unos buenos amigos, Jandro y Emma, ​​y como antes de salir no sabía ni qué día, ni a qué hora pasaría no les había dicho nada. Mi sorpresa fue ver que hoy me coincidiría con el final de etapa. Los llamé varias veces entre las 5 y las 6 de la tarde y como es normal en un domingo, no estaban en casa ni llevaban el móvil. No fue hasta que ya tenía hotel que me devolvieron la llamada y al menos pudimos cenar juntos. Va bien, después de tantos kilómetros solo, poder compartir mesa con amigos.

Ya es tarde, a la cama.


Contento por los 204 km que habían caído y motivado por tener la suerte de poder levantarme al día siguiente sabiendo que todos los problemas que tendría serían alrededor del dolor de culo que pudiera tener por la paliza que me había metido hoy y a la que estoy tan poco acostumbrado.

Ningún problema más que éste. Un sueño.